Un humanista valenciano

Acrobacias sobre caballos espectrales, ventanas abiertas a otros mundos, chatarra cósmica flotando en el espacio, desplazados por los conflictos bélicos, anatomías imposibles y torturadas, cuerpos desgarrados, legendarios héroes de la mitología griega, rostros marmóreos de otra época, animales fantásticos que se metamorfosean, máquinas quiméricas, naves espaciales surcando el cielo, gitanas contorsionistas, hombres heridos, madres y esposas, enamorados que se abrazan, huesos amalgamados, palomas de la paz, pensadores ensimismados, atletas incansables, homenajes a maestros del arte y la literatura, retratos expresionistas, atardeceres oníricos, desnudos en descomposición, bocas amenazantes, arquitecturas clásicas fracturadas, héroes y guerreros, magos y alquimistas, caballeros andantes que se disponen a la aventura, personajes imaginarios, emblemas de la memoria…

¿Quién puede tratar tal variedad temática de manera natural, dando forma plástica y vida a todas estas cuestiones? ¿Es posible transitar de unas imágenes a otras sin desafinar?

Todas estas composiciones y otras tantas materias forman parte de un universo propio en el que coexisten y se relacionan, el creado por Joan Castejón. No sólo producen el placer estético de observarlas, de admirar su ejecución técnica en la que se advierte un sello personal y particular estilo, un arte del presente que conecta asombrosamente con el pasado, sino también invitan a pensar, a participar. Dejan un recuerdo en nuestra mente, al que volveremos tarde o temprano. Es probablemente la fuerza poética y evocadora de las obras, su poder visual y emocional, la razón por la que el espectador se convierte en cómplice de inmediato.

La obra de Joan Castejón comprende un amplio abanico cultural y filosófico en el que el amor, el miedo, la libertad, la paz, la historia, la guerra o la soledad encuentran su espacio. Estos temas guardan una estrecha vinculación con el ser humano y con la realidad de nuestra época y son plasmados por el artista para hacernos partícipes de su discurso vital, al que ha sido fiel desde sus primeros dibujos en los años sesenta hasta la actualidad. Castejón es un investigador que indaga y expresa sus hallazgos a través del arte. Las carencias y limitaciones del hombre, así como sus inquietudes se representan a través de síntesis entre el dramatismo y la ternura, la evolución y la decadencia o el apocalipsis y el renacimiento, que a lo largo de sus series surgen cada vez que contemplamos o pensamos en sus obras. Y es éste un universo inabarcable como lo es el de la imaginación y el de la vida, revalorizado por el artista gracias a la nueva concepción de “lo real” que ofrece al espectador.

Si la vida es un camino, un pasaje por el que transitar, un ciclo o una senda plagada de aventuras y desventuras, entonces la obra de Joan Castejón es una experiencia fascinante, un gozo, una fuente de conocimiento y una lectura arrebatadora de nuestra historia y de nosotros mismos.