La pintura de Joan Castejón obliga a detenerse, aun en breve, sobre nuevos componentes de su constitucíón formal. Consiste uno de ellos en el concepto estructural de la obra comprendida en su totalidad. La referencia a la poesía de Mallarmé o Valéry y, en lengua castellana, de Jimenez, Guillem o Cernuda, parece inevitable. Conscientemente ha querido Castejón conceder a su obra un sentido unitario: «Tengo la impresión de que siempre estoy pintando el mismo cuadro…» De ahí las recurrencias morfológicas, disposición estructural de temas y motivos. Incluso la fórmula del objeto artístico dispuesto en series.
Construye Castejón su pintura corno sí cada cuadro fuera un capítulo de un mismo libro, como un poema de poética definida e integrador de único poemario.