Bancaixa exhibe la pasión por el dibujo de Joan Castejón. 

El dramatismo y la angustia de algunos de los dibujos que realizó Joan Castejón (Elche, 1945) cuando fue encarcelado por antifranquismo contrastan en la retrospectiva que ayer se inauguró en la Fundación Bancaixa de Valencia con el lirismo y las imágenes más recientes que ha trazado en su residencia de Dénia. Las más de 60 obras reunidas en la exposición, que recogen su producción desde 1964 a 1998, certifican la pasión por el dibujo de este artista que dice seguir teniendo un «sentido trágico de la vida».

Dijo Castejón que no le resulta nada frustrante vivir al margen de los «circuitos comerciales del arte» y, aunque se mostró renuente a recordar la época en que convivió en Barcelona con escritores como Gabriel García Márquez, Mario Vargas Llosa, J. J. Armas Marcelo o Carlos Barral, reconoció que la relación con alguno de ellos supuso un «balón de oxígeno» cuando estaba «interno en las cárceles [finales de los sesenta y principios de los setenta]». Armas Marcelo es autor de uno de los textos del catálogo, en el que alude a la mirada de «extrañamiento, dubitativa y llena de desconfianza frente a la evidencia que sólo es la máscara de la apariencia» de Castejón y destaca su coherencia personal y artística. También el crítico de arte Juan Ángel Blasco Carrascosa hace referencia a esa coherencia en el artículo en que repasa la trayectoria de Castejón en relación a la retrospectiva. También incide en la tensión y fuerza de la obra carcelaria de Castejón que concluye con el dibujo de una solitaria barca en Dénia en 1970. Blasco Carrascosa explica la evolución y las distintas etapas y contenidos de la obra del artista que ha ido diversificando su campo temático y las técnias empleads. La exposición recoge también dibujos dedicados a ilustres personajes como los «tres Pablos» (Picasso, Neruda y Casals) o el titulado A Ausiàs March.