Como la sombra de una sombra inmóvil
(el último naufragio de lo humano)
contempla sin mirar el mundo derruirse.
Entre la más salvaje turbulencia
ulula un miedo subterráneo que todo lo socava.
Y el corredor igual que la sentina rota
de un buque a la deriva 
es golpeado por la noche inmensa de los tiempos.
Emergen del abismo espesas bocanadas de negrura,
y desde el suelo crece el ajedrez irregular del miedo.