…Por eso, uno de los aspectos más interesantes de esta colección de cuadros de Castejón, es mostrar que también hoy la pintura puede, sin abdicar para nada de sus propios fines ni abandonar la modernidad, tener a la literatura como punto de partida. al igual que una mujer, un sueño o un crimen, una novela puede resultar para un artista un fermento creativo, una fuente de experiencias lo bastante ricas como para hacer brotar en él la necesidad de combinar colores, trazar líneas, edificar volúmenes, fraguar objetos plásticos. Es lo que ha hecho Castejón, con la máxima libertad, y dejando que su imaginación en vez de limitarse a reproducir mecánicamente la del libro que lo inspiró, compitiera con ésta, la emulara en el dominio del arte.

El resultado es ampliamente satisfactorio: su exposición no es una ilustración sino un equivalente de “Cien años de soledad”, que nos revela a un joven artista capaz de materializar, con rigurosa técnica, una compleja realidad en la que (como en la vida real) se acarician y confunden el objeto más cotidiano y el más imposible, inofensivas hormigas y seres de pesadilla.

Del catálogo Castejón-Macondo