Los recursos expresivos se vuelven casi estudios antropológicos al remitirnos a osamentas descarnadas, en continua mutación dentro de una perfecta funcionalidad compositiva y dibujística, lo que hizo que Fernando  Castro Flórez lo denominara, “el maestro de la astucia”, al referirse, incluso, a la receptividad del propio espectador, pues Castejón hace “que la mirada vaya más allá de lo representado hasta completar lo simbólico”.
Escenas que parecen salirse del marco que las acoge para trasladarse a la tridimensionalidad de la escultura, porque precisamente sus trazos desvelan una corporeidad que completamos con nuestra mirada hasta formar un todo empírico que podemos palpar con nuestra imaginación.
Observemos si no, uno de los últimos dibujos realizados por este artista, titulado Joc del foc (1999), un conjunto de dibujos realizados con óleo y ceras donde, una vez más, los cuerpos musculados de los protagonistas parecen luchar y huir contra una mancha que va acabando con la composición.
La anatomía de los protagonistas vuelve a revelarnos la preocupación de Castejón por el estudio del cuerpo  humano, así como por la delimitación de la propia composición. Pero Castejón, no solo ha realizado pintura, también esculturas, grabados y dibujos a cera. Del realismo al que venimos haciendo referencia pasa en ocasiones a un entramado de color en el que se recogen las inquietudes plásticas del artista, sobre todo en los lienzos de finales de los ochenta, principios de los noventa, como A Salvador Espriu I y A Salvador Espriu II, donde la geometría da paso a masas informes de color, unas veces blandas, otras como vapores de un humo incontrolado. Pero Castejón, nunca se desprende de esa realidad a la que parece estar ligado y podemos reconocer, en estos lienzos, algunos objetos perdidos en el maremagno de la excelente composición.

Un artista que ha ido trazando su personal geografía a través de los años para desvelarnos estas formas surgidas de una imaginación, difícil de desprenderse de lo real. “La lucha -decía J.J Armas Marcelo en rg74-, la angustia que incide en la respiración neurótica, asmática del creador artístico es otro de los grados sensitivos, a escala de experiencia personal, que marca la obra de Castejón: una lucha que es transformación global de todos -de cualquiera- los procedimientos estéticos, de todos los esquemas funcionales procedentes de esa maduración existencial del artista. Esa lucha y esa transformación van a determinar y, en definitiva, a construir las paredes madres de su edificio artístico.” Y en definitiva, Castejón, no es sino un artista en continua mutación, en ese estado de transformación que sólo la inquietud otorga.
Del catálogo Joan Castejón
Obra reciente sobre papel
Consorci de Museus de la C.V.